De la concertación a la mala negociación.
Yo creo que la
concertación es una alternativa que nosotros no podemos dejar de implementar. Rene Cortázar
En 2013 iniciaba un nuevo gobierno en nuestro país, y
todo parecía que se estaba ocupando la tecnología más eficaz que existe dentro
de la política que es el dialogo, se materializaba un pacto que hacia entrever
que dentro de las diferencias doctrinarias y dogmáticas se convergía en la
necesidad plena de buscar soluciones; el degaste existido durante el sexenio de
Calderón aniquiló en cierta medida nuestra forma de comportamiento diario.
En este 2013 se nos presentó un instrumento muy valioso
que daba tintes de madurez al vapuleado ejercicio político mexicano, así
caminábamos por un ambiente que en términos teóricos de ciencia política esgrimía
en lo correcto, llegábamos aparentemente a la tendencia de lo que se marca como
democracia de calidad, ejerciendo la concertación política, la cual se refiere
a la capacidad de armonizar el trabajo, las propuestas, las riquezas y los
aportes de los diferentes actores políticos dentro de un ambiente de confianza.
Por eso, la destacada importancia de la concertación
social, tan importante se posicionaba para la profundización de la democracia para el desarrollo económico, la equidad
social y fortalecimiento de la sociedad civil. A ello lo soslayamos y lo
denigramos, cuando era algo de agradecer.
Era de trascendencia el pacto mediante la concertación,
en el ambiente internacional se visualizaban a un país más sólido, con ello dotó
de cierto grado de expectativas se rememoró la correlación que marca la
experiencia histórica al partir de la tesis de que la unión entre los
diferentes actores políticos se podría materializar en una correcta acción
futura de la sociedad proveyendo de fuerza a la economía.
México seguía con su serie de actividad macroeconómica
estable, sin crecimiento significativo pero estable y, si a ello le sumábamos
la concertación estábamos en un punto inmejorable; ¿ pero qué paso?; los
partidos de oposición ocuparon al pacto para buscar empoderarse haciéndole
frente ante su derrota pos electoral, jugaron a lo que le interesaba sin actuar
con altura de miras a las necesidades que se plantearon dentro del vasto número
de puntos del Pacto por México, hasta ahí íbamos bien, las reformas de gran
calado fluían y todo parecía en orden.
Ahora el partido en el poder está sacrificando hasta
cierto punto su imagen por realizar su proyecto de gobierno, el cual radica en
cambiar su forma de hacer política económica como hasta anteriormente lo
conocíamos, la extrema dependencia petrolera ya no es la fórmula de la
abundancia, las necesidades actuales radican en otro sentido.
La falta de compromiso se ve dentro de un pacto; al
principio se firmó y ratificó en dos ocasiones, por ello se presupone que se
estaba de acuerdo con lo que se necesitaba y que las reformas planteadas en
función a un debate de fondo tendrían que materializarse la consecución de las
mismas.
Sin duda todos estábamos conscientes que las cosas no
podrían seguir así, todos los países estaban realizando modificaciones de sus
estructuras para buscar no quedarse desfasados y fuera del camino, México no
quería ser la excepción y parecía que se iba por la senda correcta, ahora, llevamos
el debate a lo insustancial para que termine quedando la madre de las reformas
(energética) como justamente no queríamos que quedara.
Por otra, parte la reforma política es en sí una reforma
profundamente dogmática y su debate radicará en un análisis historicista y poco
epistémico lo cual terminará actuando como un cambio de forma pero no de fondo.
En sí se hará ley lo que es consuetudinario, salvo el honroso caso de la
reelección de alcaldes la cual implicará mayor táctica política y funcional a
los mismos, pero esa es otra historia.
Lo importante es que fluyan las reformas para transformar
a México, no solo en el sentido del discurso de la presidencia, sino en el
sentido social, de buscar instrumentos de política económica, política pública
y política social que coadyuven a la generación de empleos, estimulen el
consumo, y que eleven los ingresos de los ciudadanos sin generar inflación, que
se pueda proveer de mejores condiciones para un número mayor de ciudadanos; la
vía es la educación, la voluntad, y por supuesto la concertación.
Recordando:
·
Creamos en los
cambios, siempre son para bien; ayudan a crecer.
Twitter: @David_Quitano