lunes, 15 de abril de 2013

Neurosis social y círculos viciosos


Neurosis social y círculos viciosos  
                                                          Cuando los que manda pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto.
Pablo de Gondi.
A empezado la cosa pública y los diferentes partidos políticos ya nos empiezan a mostrar su composición y sustancia, los acontecimientos que se han presentado dentro de los mismos a lo largo de este fin de semana anteponen como se jugará dentro de las elecciones, las cuales estarán más que nunca carentes de un sentido dogmático e ideológico condición necesaria para el quehacer político generador del debate de altura, condición necesaria para la generación de gobiernos de altura.
Con la muestra en la separación entre el político y la sociedad, muchos ahora ya candidatos formales, buscan acercarse al voto potencial encontrando en estos un rechazo manifestado en la mirada, en su expresión. Por otra parte el activista, el encargado de los seccionales es un mercenario del voto, que espera cada uno de los procesos para buscar emplearse en ‘X’ o ‘Y’ partido, por su parte los mismo partidos los toman así, ante la situación de no contar con políticos de arrastre social.
Está claro que la militancia de los partidos, sobre todo los funcionarios y empresarios de los mismos, esperan obtener una retribución personal del futuro jefe, ya sea en cargos o privilegios de otro tipo. La situación es que en este proceso ya estos los militantes del partido ya no arriesgan, quieren pago por adelantado o no participan, ante el supuesto de que cuando gane el candidato se acabo el vínculo y con esto la posibilidad de la obtención de beneficios.
El abstracto de los partidos integrados en general por mediocridades es que no se encuentra ni siquiera el elemento ‘carismático’ necesario para todo caudillaje, ahora los spot, las fotos junto con las frases cortas, son el determinismo de cómo se juegan las elecciones, son fotos que en el momento del discurso o la redacción se echan a plomo, muestran fuertes carencias.
Eslogan con muestras de tautología, que dicen todo y nada, discursos poco conmovedores, procesos internos de 3 mil pesos el voto, 5 o 7 candidatos por municipio, todos buscando la mejor foto, cercanos, incluyentes, plurales, toda una simulación, que alcanza en el corto plazo pero que al final deteriora hasta poner en hilos al final la superestructura gubernamental.
Por su parte la sociedad se vuelva más escéptica, ante políticos que sonríen en campañas pero que a la hora de administrar no resuelven problemas, la población ya no busca progresistas ni siquiera. Los legisladores no legislan, no suben a tribuna. Los alcaldes no son gestores, no planean lo local y mucho menos hacen elementales políticas públicas locales para buscar la generación de condiciones un poco más agradables para el municipio.
Por su parte los gastos de campaña son una variable sumamente significativa para el éxito del político en estas elecciones, sobretodo ante la exclamación de la población por  la expectativa de la tendencia en la serie estadística en decir: ‘en campaña existe gasto de gobierno y por tanto a ver si salpican’. Lo anterior una muestra de que el político es una mercancía más, el que mejor se venda y se posicioné en centro triunfará más allá de las propuestas.
Recordando:
·         Poco sentido de arraigo partidista.
·         Deterioro del votante, y podredumbre del político.
·         A cierta parte de la población ya le genera neurosis pensar que empiezan las campañas y ver todo el cumulo de simulación.

Twitter : @David_Quitano