Nueva visión institucional.
El cambio es la única
cosa inmutable.
Arthur Schopenhauer
Las crisis vividas en las décadas anteriores a los 90’s
fueron terreno propicio para las ideas neoliberales las cuales constaban
particularmente de una reducción y redimensionamiento del Estado, en la
búsqueda de la eficiencia del gasto público y la lucha contra la corrupción.
Con todo este escenario se plantea la posibilidad de lo
que March y Olsen en el año de 1997 llamarían la Nueva gestión pública (NPM),
menos centralizada pero más provista de la necesidad de la participación social.
Los nuevos planteamientos internacionales que inciden en
la construcción de diferentes comportamientos locales, llevan a los Estados a
solo participar de manera parcial.
Ahora se presenta una mayor atención en el comportamiento
económico, donde el mercado define los incentivos para el mejoramiento del
desempeño institucional de los gobiernos, restricción que genera para la
lectura de los procesos sociales un nuevo paradigma interpretativo.
Con todo lo anterior, no se busca ya crear instituciones,
sino desarrollarlas, definiendo a esta capacidad como la habilidad del gobierno
para implementar políticas y proveer servicios para producir resultados
eficientes (Therkildsen, 2004). Así, esta perspectiva enfatiza el mejoramiento
de las habilidades de gestión, el
incremento en el desempeño de las instituciones públicas, la optimización de
los recursos en los procesos, y en general la capacidad de respuesta
gubernamental.
Todos estos planteamientos asumen que las habilidades de
comprensión y adaptación de los actores se dan para poder resolver los nuevos
problemas que plantea la gobernanza, entendida y definida por Morgan como ‘ El aumento de la habilidad de los
individuos, organizaciones, grupos de organizaciones e instituciones para
identificar y resolver los problemas, ejecutar funciones y establecer
relaciones que permitan lograr los objetivos de desarrollo sostenibles en el
tiempo”.
Hago toda este esbozo para plantear una idea central, la
cual se encuentra situada en el orden de los procesos económicos se deben ir
dando, puesto que son situaciones naturales, propias de la racionalidad humana,
la cual a su vez también se olvida de su otra parte, fuera del individualismo
que tiene que ver con la idea de la participación social, de la participación
estatal para resolver problemas públicos los cuales se presentan hasta en la
nación menos intervencionista en sentido económico pero si ‘tuteladora’ de la eficiencia de las reglas del juego.
Por lo tanto el comportamiento institucional es producto
de la construcción social, ante la crisis de lo que durante el siglo pasado se
llamó ‘Estados Soberanos’. En
nuestros días la realidad de la vida política y económica es muy
diferente, con ello generando que la
lectura y la vida política se desarrollan mediante conflictos que jamás son
resueltos definitivamente, cuya solución se da mediante acuerdos momentáneos.
Cuando los acuerdos momentáneos se presentan construyamos realidades alternas a las
que tenemos, sustentadas en los valores, la eficiencia, y la responsabilidad
que como ciudadanos tenemos; no con la interpretación golpista del reclamo sino
con la idea de debate constructivo, y llegando al punto de aceptar las buenas
acciones de ‘rival’ político.
Recordando:
·
Construyamos en
conjunto, con propuestas a partir de estos acuerdos o pactos soluciones para
cimentar el cambio nuestro precario aparato institucional.
·
Interpretemos nuestro
deber como ciudadanos y asumámoslo.
·
En ocasiones en
conjunto pero otras desde lo particular propongamos para buscar el bien común.